sábado, 20 de febrero de 2010

ESTAMOS GANANDO


Mucho se habló ya de los errores no forzados realmente existentes del gobierno. Pero esta última semana se caracterizó por otra cosa: fueron de colección los errores no forzados en que incurrió la “prensa independiente”, mucho más notable en el caso de Clarín, que parece haberse lanzado a una carga "a tontas y a locas” contra el gobierno en un vía libre del que yo no tengo memoria.

Es como si le hubieran dicho o “sugerido” a las redacciones de diarios, movileros y periodistas de radio y T.V.: _ Muchachos, ya logramos que la gente odie tanto a Cristina que cualquier pelotudez que les digamos se la compran. Y en eso están…

Pero ¡ojo!, por lo que pude ver esta semana, el bumerang puede estar a la vuelta de la esquina:


Caso 1: Venden en tapa un aumento docente como negativo:

Y luego la encuesta a los lectores sobre la nota les dice esto:


Caso 2: Como advirtiera el blog Sidra, pan dulce y alpargatas, este título no se caracteriza precisamente por defender los intereses nacionales:

El texto es peor, parece hasta tomar partido por las empresas petroleras inglesas: “El decreto 256 no hace más que "empiojarle más la cancha" según fuentes del Gobierno a las empresas que pretendan participar del negocio petrolero en Malvinas”

Cualquiera deduce: como para Clarín el que está del otro lado es el gobierno que dictó la ley de medios, y bueno… los intereses nacionales son secundarios. Todo lo que hacen los K es una cagada y listo: ¡A comerla!

Que alguien me ayude en esto, pero me cuesta recordar a un diario español, chileno o brasilero titulando así, contra los intereses del país y dándole letra al primer ministro inglés.


Caso 3: Este video de Locuras Animadas muestra como el propio presidente de la cámara de librería y papelería ironizó sobre una nota de Clarín que hablaba de una inflación de un 30 % en artículos escolares, y dejó descolocada a Magdalena que sólo apeló a la defensa corporativa:





Y es que nunca admiten que falsean datos, que mienten o distorsionan descaradamente, prefieren regodearse en que el daño está hecho.

No sé ustedes, pero cada vez que escucho a alguien catalogarse de “periodista independiente” inmediatamente pienso: o es un cínico o un imbécil.


En Página 12 de hoy, Luis Bruschtein relata el “clima de época” con gran claridad:

En Clarín no se puede encontrar un solo titular “objetivo” y mucho menos favorable. Esta semana había un título que decía algo así: “Por el impuestazo tecnológico, X fabricará celulares en Tierra del Fuego”. El impuestazo es un arancel que aprobó el Congreso para favorecer la industria nacional, y que X haya decidido fabricar celulares en Argentina es uno de los logros más importantes de esa medida. Pero si se la califica de “impuestazo tecnológico”, la carga es sin duda negativa. El resultado en ese caso era esquizofrénico, pero en general todo está tan forzado que hasta resulta ridículo y cansador. Y la misma carga forzada está en las preguntas de los movileros, las columnas de opinión y los noticieros de los canales y las radios que pertenecen a los multimedia más importantes. Se han hecho decenas de tapas con profecías apocalípticas que nunca se cumplieron. Se anunció varias veces que se disparaba el dólar, que se importaría carne o trigo, que habría una crisis energética terminal. Ninguna de esas advertencias se cumplió. Ninguno de los que las anunciaron se disculpó o se explicó. Los medios que les dieron los titulares de tapa nunca se preocuparon por informar que el Apocalipsis se había postergado.

Resulta hasta vergonzoso constatar la falta total de diversidad que existe en la propuesta mediática. Y al mismo tiempo es alarmante la uniformidad corporativa con la que actúa el mundo de la información comercial. No se está discutiendo si este gobierno es bueno o es malo. Lo que nadie dice es que discutir si la Presidenta miente cuando afirma que estuvo detenida (lo cual además fue verdad) es una estupidez. Hacer titulares sobre la bipolaridad de Cristina y las fiestas de chiquilines de Florencia Kirchner es una estupidez y hasta una bajeza. Son todos recursos periodísticos de bajo nivel.

A pesar de la pobreza de esos recursos, la masividad y la potencia con que se difunden han logrado empujar el canon periodístico a situaciones similares, aunque extremas, a las que primaron durante la guerra de Malvinas. Para los grandes medios, esa etapa tuvo después un costo alto de credibilidad y varios de los periodistas de la televisión lo pagaron con el descrédito y la expulsión de la pantalla.

Así como en aquel momento nadie se atrevía a contradecir ese canon de triunfalismo malvinero, ahora, para este esquema corporativo de grandes multimedia actuando en bloque, cualquiera que no acepta el nuevo paradigma de “periodista independiente” es un oficialista corrupto.

¿Para ser “periodista independiente” hay que ser reaccionario, conciliar con la mentira y la deformación ostensible de las noticias? En todo caso, se trata de la necesidad de democratizar la información, de buscar la diversidad, pero eso para el canon es atentar contra la libertad de prensa.

Cuando el canon de época llega a este extremo tan forzado, los cambios suelen ser bruscos y lo que ahora tiene la fuerza de la uniformidad indiscutible se transforma en la herramienta de ocultación de una verdad que luego resulta obvia, aunque en el momento no se haya visualizado por ese smog cultural

Vale la pena leer la nota completa.

2 comentarios:

Nando Bonatto dijo...

Son una cachafaces de la peor especie
Farabutes y chanta pufis

Ricardo dijo...

Comenté usando la frase del título esta nota:

http://mundo-perverso.blogspot.com/2010/02/en-18-dias-hay-elecciones.html

Es tal cual.