sábado, 27 de febrero de 2010

LA DEUDA


Roberto Navarro realizó en el suplemento Cash una muy reveladora radiografía de la deuda externa Argentina. De allí surgen los siguientes datos:

1) “En 2003 el total de la deuda bruta del sector público nacional representaba el 139 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI); a fines de 2009 la deuda cayó hasta el 49,1 por ciento del Producto. Una relación más que razonable si se la compara con Italia, cuyo pasivo público representa el 118 por ciento del PBI; Alemania, que tiene una relación deuda-producto del 152 por ciento o Francia, que debe un 185 por ciento de su PBI. La caída de la relación de la deuda pública con el PBI, que es uno de los principales indicadores que revelan la capacidad de cumplimiento de las obligaciones del Estado, se debió al proceso de desendeudamiento, comenzado en 2005, y al crecimiento de la economía. La primera rebaja importante se dio con la salida del default, que se realizó con un descuento del 65 por ciento, entre quita de capital, rebaja de intereses –que descendieron desde máximos del 18 por ciento surgidos del megacanje hasta una banda del 1 al 4 por ciento del último canje–, y de la extensión de los plazos. Con esa operación el ratio deuda-PBI cayó al 74 por ciento. De ahí en más, con el cierre de los mercados internacionales como consencuencia del default y los holdouts, el país comenzó a cancelar vencimientos con superávit fiscal”

2) “Las operaciones en las que se tomó deuda local para pagar al exterior sirvieron, además, para pesificar la deuda, hecho que mejora la situación general del pasivo público. En 2003, el 76 por ciento de la deuda estaba nominada en moneda extranjera; en la actualidad, sólo el 54 por ciento”


3) “Un elemento que en muchas oportunidades es más importante que el total de la deuda es la cercanía de los vencimientos. Fundamentalmente, en momentos de crisis financiera internacional, cuando no se puede salir a los mercados a renovar deuda. La deuda argentina tenía en 2003 una vida promedio de 6,9 años. Es decir que no sólo debía mucho más, sino que buena parte vencía en el corto plazo. Hoy la vida promedio de la deuda prácticamente se duplicó, al pasar a 12,7 años”

4) “En 2009, año en que se sintió lo peor de la crisis financiera internacional, el país subió su relación deuda-PBI apenas del 48,8 por ciento, al 49,1 por ciento. La razón de que la crisis no generara un derrape en esta relación determinante para analizar la capacidad de pago del país tuvo que ver no sólo con que siguió pagando; también con que sufrió muy poco la caída del nivel de actividad. De otra manera hubiese tenido un déficit fiscal que le hubiera complicado las posibilidades de concretar las cancelaciones de los vencimientos del año pasado. En el mismo contexto internacional muchos países tuvieron déficit fiscales históricos. Según datos del Fondo Monetario Internacional, España tuvo un déficit fiscal del 11,4 por ciento; Grecia, el país más observado en la actualidad, registró en 2009 un saldo negativo del 12,7 por ciento; Francia contabilizó un déficit del 8 por ciento. El desequilibrio total de toda la Unión Europea fue del 7 por ciento. Incluso el siempre prolijo Chile cerró 2009 con un saldo negativo del 4,5 por ciento.

Todo esto lleva a concluir a Navarro que el actual perfil de deuda es amigable.

Me pregunto: ¿Por qué no se hacen spots publicitarios con estas cifras, por ejemplo, en los entretiempos de fútbol para todos?

Y es que al gorilaje son justamente estas cosas (las tangibles: las que están ahí) las que mas le duelen, las que no pueden rebatir y, además, no se podrán sacar de encima por décadas: la historia no perdona. Pone las cosas en su lugar tarde o temprano.

Son los vacíos comunicacionales que no se entienden del gobierno: me decidí a poner estas cifras de la deuda en un post cuando se las comenté a amigos del palo muy bien informados que las desconocían absolutamente.

Y es que no vale la pena correr por detrás de TN, Clarín, La Nación, etc., etc. señalando todo en lo que mienten o tergiversan: hay que construir el relato oficial de los hechos: existen números objetivos de los cuáles partir para actuar sobre las subjetividades colonizadas. No queda otra.

De lo contrario, no haremos más que facilitarles el camino a los gorilas:



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