El grupo Clarín no le encuentra la vuelta: pasaron ya más de dos semanas del golpe que sufrieron en las elecciones primarias y siguen sin asimilarlo. Y es que no sólo padecieron una derrota como medio opositor, sino que se quedaron, de un plumazo, sin sus principales comunicadores: Lilita Carrio, Eduardo Duhalde y sus “escuderos”, Ricardito Alfonsín, el colorado De Narváez, Pino Solanas, Patricia Bullrich, la empleada Giudice, Alberto Fernández, los “peronistas federales” que están viendo como reciclarse y hasta el mismísimo Biolcatti. Antes habían perdido a Cobos, Sanz, Felipe Solá y Das Neves.
Y no es poca cosa. Si miramos bien, caemos en que TN se quedó sin panelistas.
Les dejo una metáfora futbolera: Clarín, TN y La Nación me hicieron acordar estas dos semanas que pasaron a esos equipos que están acostumbrados a pelear el campeonato (como River) y de golpe se encuentran peleando el descenso: y encima no están preparados para eso.
Por eso reaccionaron así: directiva y cuerpo técnico mandaron el equipo (lo que les quedaba de los retazos opositores) para adelante, marcándoles el camino desde la tapa de los diarios: el supuesto fraude en las primarias.
El gobierno leyó bien el partido: está ganando dos a cero y observa como el equipo de Magnetto se viene a la carga sin ton ni son: claramente confunden concurrencia con ataque, diría un comentarista futbolero tucumano. Y el gobierno los deja venir, se queda en silencio ante las denuncias y cuando tiene las pruebas de las mentiras se lanza en contragolpe: Randazzo recibe solo en el área chica y la manda a guardar.
El arquero Obarrio y los dirigentes reclaman offside de Randazzo, pero las imágenes son claras: estaba detrás de la pelota. No obstante eso, Magnetto y Mitre reaccionan dedicándole la tapa de Clarín y La Nación: ataque a la prensa libre.
Libre de mentir y operar para la oposición, le contesta la hinchada nacional y popular.
¿Puede estar peor Clarín? Sí, claro. En un par de días se celebra la cena del día de la industria en Tecnópolis con empresarios peleándose para tener una mesa cerca de Cristina. Allí le llegará una nueva notificación a Magnetto, tanto de la UIA como de la antigua incondicional Asociación Empresaria Argentina: a partir de ahora estás sólo, le dirán sin pronunciar una palabra el establishment argento.
Y tiene su lógica: el menemismo le está pasando una factura residual a Clarín. En lo económico la levantaron con pala, es cierto, pero el diario dejó de ser el principal negocio: todo giraba alredor del cable, el fútbol, los canales de televisión, las radios y hasta las expo-agro. Ergo: las decisiones del Grupo pasaron a ser tomadas principalmente por ejecutivos que de periodismo y política no saben un carajo. Por eso hoy el buque insignia, el diario Clarín, parece Barcelona: “una solución argentina para los políticos opositores” podría ser su lema.
Y la redacción se integra tanto por jóvenes sin escrúpulos como por viejos periodistas a los cuales su dignidad les impide cada vez más prestar su firma para operetas baratas. Párrafo aparte para la cúpula periodística del diario: un rejuntado de izquierdistas en los años 70 que ahora gustan de transitar la embajada norteamericana para ofrecer sus buenos oficios, según surge de los últimos wikileaks.
Seguramente concordarán conmigo que no luce bien ese equipo, ahora sin comunicadores opositores. Y es que los opositores que inevitablemente surgirán (caso Binner, por ejemplo) ya saben que hacer de forro de Clarín no paga electoralmente: solo falta mirar adonde fueron a parar la Giudici, Carrió y Pino Solanas.
Ergo: si las órdenes de los ejecutivos del Grupo consisten en continuar la guerra hasta que mejore “el clima de negocios”, los soldados que tendrán que poner la cara de ahora en más son los periodistas: veremos cuántos son los que están dispuestos.
Llegó el momento en que los Morales Solá, los Van Der Kooy, los Ricardo Roa, los Blank, los Nelson Castro, los Kirchbaum, etc., empezarán a extrañar a sus patéticos y denostados columnistas opositores.
Es hora que lo sepan. Antes que un camión les pase por encima: