Estuve leyendo estos días el libro de Marcelo Larraquy, “Recen por él”, donde promete revelar todos los secretos de la vida
del Papa Francisco y del Vaticano.
La promesa no se
cumple. Veamos: el
libro está bueno como una primera aproximación a la vida de Bergoglio, es
ordenado y profesional para revelar su personalidad ambigua, inteligencia
política y los diferentes puntos de vista acerca de su actuación como
provincial jesuita durante la dictadura. También acierta cuando señala sus
primeros movimientos en el Vaticano y el “clima interno” en la Santa Sede.
Sin embargo, no lograr cerrar lo que la solapa
del libro describe como el tema más intrigante: “¿Cómo un sacerdote de 55 años
que parecía abandonado por su orden llega a incorporarse al clero diocesano y,
en una constante y meteórica carrera, llega a ser cardenal de Buenos Aires?”
Larraquy se hace eco de un corrillo poco
creible (hay que aclarar que él tampoco se lo cree en el libro) que señala que
Quarracino realiza un retiro espiritual en córdoba, donde Bergoglio pasaba sus
días en el ostracismo, y cae subyugado por su personalidad.
A tal punto resulta poco consistente esa
versión que, en el capítulo final, Larraquy confiesa que un tema lo seguía
persiguiendo: ¿Por qué Quarracino, siendo un conservador, rescata a Bergoglio del
ostracismo jesuita y lo proyecta en la arquidiócesis más importante del la Iglesia argentina?
Y el vaticanista Andrés Beltramo Álvarez
le contesta a Larraquy: “Esa es la gran
pregunta. Yo no tengo respuesta para eso”
Y allí termina el tema en el libro “Recen por él”.
Pero no en este blog.
Y es que Larraquy me contagió el entusiasmo por
encontrar respuesta a ese enigma sobre la vida de Bergoglio. Y me puse a
investigar.
Está claro que desde Tucumán no tengo acceso a
fuentes vaticanas pero tengo internet y cierta “intuición bloguera” para saber
como encarar estos desafíos. En internet sabía que no encontraría “fuentes” en
el tradicional sentido periodístico pero sí algún hilo conductor, un camino
para realizar asociaciones. Para eso debía prestar atención a dos cosas:
1° Investigar que hizo fuera de lo común
Bergoglio antes de ser elegido para el arzobispado de Buenos Aires.
2° Descubrir algún hecho o comportamiento
revelador de Bergoglio luego de ser elegido arzobispo.
Y sabía que debía buscar en páginas web que no
fueran del país.
Entre tanta información estudiada, hubo una que
llamó mi atención y que ni siquiera se menciona en el libro de Larraquy. Dice el Faro de Vigo:
“… su labor como arzobispo reunía dos notas: se había aproximado a “Comunión y Liberación”, uno de los nuevos
movimientos de la Iglesia
crecidos al calor del pontificado de Juan Pablo II. Esa aproximación no gustó a
los jesuitas y algunos consideraron que su antiguo compañero había cambiado de
familia.
Y la segunda nota dominante es que aquel
hombre al que no le había convencido la Teología de la Liberación se
estremecía ante los niveles de pobreza de su país y exclamaba: "En Buenos
Aires, tan vanidosa, tan orgullosa, sigue habiendo esclavos", o
"Buenos Aires es una fábrica de esclavos y una picadora de carne".
Era la primera vez que escuchaba
la ligazón de Bergoglio con Comunión y Liberación, el movimiento fundado por
Luigi Giussani en el año 1954 y que se convirtió en uno de los principales
instrumentos de poder del Papa Juan Pablo II.
Señala John Allen, reportero de la National Catholic
Reporter, sobre los seguidores de Giussani: "Sus miembros (conocidos en Italia
como los cielini) fueron diversamente denominados como "Rambo
del Papa", "los estalinistas de Dios", y "monjes" de
Wojtyla, debido a su feroz lealtad al papado, una devoción que algunos
observadores ven como acrítica. Ciertamente
Giussani podría sonar de esta manera, al referirse al Papa Juan Pablo II: "Servimos a este hombre con nuestra propia existencia,
servimos a Cristo en este gran hombre. Este Papa es el acontecimiento que Dios
ha traído consigo; su figura humana es el fenómeno concreto que hay que
observar, escuchar, seguir y cuya mentalidad debemos hacer nuestra"
Bergoglio, que formó parte del sector peronista de
Guardia de Hierro, sabía muy bien de qué se trataban estas lealtades.
Antes de la elección de Bergoglio
como Papa,
así describía este sitio español a este movimiento:
“Comunión y Liberación (CyL) es el movimiento que más
apoyo explícito tiene entre la jerarquía... En
Italia son más de cien mil miembros, extendidos principalmente por el
norte del país, y cuentan con los cardenales Scola, patriarca de Venecia y
primer purpurado del movimiento, y Biffi, arzobispo de Bolonia, ambos también
papables, como grandes valedores, además del aval de teólogos como el
igualmente cardenal fallecido Hans Urs von Baltasar. En el país transalpino
gozan también de cierta influencia cultural y económica -a través de la Compañía de Obras,
asociación que engloba más de 9.000 empresas y obras de caridad- y política
mediante el Movimiento Popular, rama de la refundada democracia cristiana. El jesuita y cardenal Bergoglio, arzobispo
de Buenos Aires, es otra de las figuras eclesiásticas cercana a este grupo”
Cercanía es poco:
Bergoglio presentó en Buenos Aires nada menos que
tres libros del fundador del movimiento Comunión y Liberación,
Luigi Giussani: uno como arzobispo de
Buenos Aires (“El sentido Religioso”) y dos como cardenal: “El atractivo de
Jesucristo” y “¿Se puede vivir así?”. En la presentación del primer libro de
Giussani
sostendría: "Estuve de acuerdo en presentar este libro del
padre Giussani
por dos razones: La primera y más personal es el bien que este hombre me ha hecho en mi vida como sacerdote, a través
de la lectura de sus libros y artículos. La segunda
razón es que estoy convencido de que su pensamiento es profundamente humano y
llega a los anhelos más profundos del ser humano”
Es decir: en su
primer manifestación pública de adhesión al fundador de Comunión y Liberación,
Bergoglio manifestaba que “sus libros le habían hecho bien EN SU VIDA COMO
SACERDOTE”; no era un cumplido pasajero en su rol de arzobispo de Buenos Aires.
Pero el
compromiso de Bergoglio con Giussani se expondría en toda su dimensión con sus
participaciones como expositor en las reuniones anuales masivas de Comunión y
Liberación en Rimini, Italia, con la lógica consternación que ello generaba
entre los jesuitas como
lo señala este periódico español on line.
Recapitulemos:
alguien podría decirme, con razón, que con lo dicho hasta acá están claros lo
vínculos de Bergoglio con Comunión y Liberación (y por ende con Juan Pablo II
y la Santa Sede)
posteriores a ser ungido como arzobispo pero no sus relaciones anteriores a la
elección de Quarracino.
Muy bien. Nos
coloquemos por un momento en esa postura ingenua y vamos al nudo de la
cuestión: ¿Cuándo Bergoglio trabó vínculos sólidos con el movimiento por
excelencia de Juan Pablo II? Es obvio que no pudo hacerlo mientras fue
provincial jesuita durante la dictadura y tampoco durante su período “oscuro”
en Córdoba. Entonces, ¿cuando fue?
La clave está en Munich
En efecto, en el
año 1985 se termina el berglogliato iniciado en 1973 como provincial de la
compañía de Jesús y asume como sucesor Víctor Zorzín con quien ya estaba
distanciado, al igual que estaban desgastados sus vínculos con la más alta
jerarquía jesuita.
Esta es mi hipótesis: El fino
olfato político (y peronista) de Bergoglio lo llevó a programar una jugada
maestra: pidió autorización (concedida por Zorzín) para instalarse en Munich a
estudiar la obra del doctor en teología ítalo-germano Romano Guardini, ya que
en la universidad de esa ciudad estaban sus archivos, y
pasó allí 6 meses.
Nunca
culminó su tesis y, al contrario de lo que afirma Larraquy, Guardini no fue
casi nunca mencionado por Bergloglio entre sus autores favoritos luego de
asumir en el arzobispado. Como
prueba irrefutable de ello, cito que
en la
entrevista del Papa Francisco a "La Civiltà Cattolica",
en la que le dedica un amplio espacio a sus autores de referencia, no incluye a
Guardini. Sí mencionó en su vida varias veces a Giussani, como se señaló anteriormente.
¿Cuál era el clima de
época en Munich en el año 1985? Veamos:
Nada menos que Ratzinger fue el
arzobispo de Munich entre los años 1977 a 1982 y ya formaba parte del movimiento
Comunión y Liberación.
Esta página católica explica como desde sus años de
profesor universitario a fines de la década del 60, Ratzinger y sus colegas decidieron lanzar un diario que llamaron
Communio [Comunión], el que con el apoyo de
jóvenes teólogos alemanes como Karl Lehmann, y
con la ayuda de Don Luigi Giussani y miembros de su movimiento de Comunión
y Liberación fue lanzado por primera vez en
Alemania e Italia. Luego Ratzinger declararía que Giussani cambió su vida (¿se
acuerdan de lo que dijo Bergoglio al presentar por primera vez un libro de
Giussani?). En el año 1982, Ratzinger dejaría el Arzobispado de Munich para
terminar sirviendo a
Juan Pablo II en una
asociación de cuarto de siglo como el Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe.
Al fallecer
Luigi Giussani en febrero del año 2005, sería
el cardenal
Josepf Ratzinger quien tomaría a su cargo la
homilía de su funeral en Milán, como delegado oficial del Papa.
En menos de dos meses, con la muerte de Juan Pablo II, Ratzinger se convertiría en el Papa Benedicto XVI, luego de una votación final cabeza a cabeza con el cardenal Bergoglio.
¿Qué ocurrió después?
“En
Aparecida, Brasil, en el año 2007, Bergoglio fue el presidente de la comisión
que escribió las conclusiones de la conferencia.
El
papel que él desarrolló en esa ocasión fue tan eminente y determinante que
influyó, seis años después, en su elección como Papa de "una Iglesia pobre
y para los pobres".
Trabajando
a su lado en la redacción del documento final, ese año, estaba el obispo de la
diócesis brasileña de Petrópolis, Filippo Santoro, de nacionalidad italiana,
pero que llegó a Brasil en 1984 como misionero "fidei donum" y
responsable de Comunión y Liberación, después convertido en docente de teología
y obispo auxiliar de Rio de Janeiro.
El 21 de noviembre de 2011 Benedicto XVI llamó a Santoro de vuelta a Italia y
le nombró arzobispo de Taranto”
¿Todo cierra no?
Vale
la pena reproducir un fragmento de un post de un bloguero norteamericano
miembro de Comunión y Liberación al enterarse de la elección de Bergoglio como
Papa:
“Ayer,
mientras volaba hacia el este desde mi amado Utah (la verdadera Sión, para los
que no saben), tomé la oportunidad de volver a leer del entonces cardenal Bergoglio
un breve ensayo: un pensamiento generativo: Una introducción a la obra
de Luigi Giussani ,
un libro de ensayos que explica los pensamientos de mi querido don Gius. Antes de abordar el ensayo del
hoy Pontífice, quiero hacer unas algunas observaciones. Además de la contribución del Papa
Francisco, el libro también incluye ensayos de dos de los otros líderes papables : Cardenales Angelo Scola y Marc
Ouellet. Esto muestra cuán profundamente el carisma dado a la Iglesia a través de Luigi
Giussani ha penetrado. Por supuesto, Don Angelo es un verdadero
hijo del Movimiento Comunión y
Liberación , por lo que no
hay sorpresas. Lazos de Benedicto
XVI al Movimiento también son bien conocidos, su familia compuesta por miembros
de los Memores Domini , con quien se dice que participaron
en la Escuela
semanal de la comunidad en el estudio y la discusión de la vida a la luz de las
enseñanzas de Monseñor Giussani. Fue
el entonces cardenal Ratzinger, pocos meses antes de convertirse en Papa,
quien, en febrero de 2005, fue enviado por el beato Juan Pablo II como legado papal para
celebrar la misa de funeral por mons. Giussani
en el Duomo de Milán, en la que pronunció una de sus notables homilías .
La
gente tiene me preguntó si estaba decepcionado de que el cardenal Scola no fue
elegido Papa por sus hermanos cardenales. Mi
respuesta es simple y enfático, ¡No! No
tenía prejuicios en absoluto, real y verdaderamente. Pero yo sabía que tanto Ouellet y
Bergoglio también estaban cerca de Movimiento. Incluso entonces yo no tenía
expectativas. Como John
Allen escribió después de la selección de Bergoglio como Obispo de Roma:
"… A través de los años, Bergoglio
fue cercano al movimiento Comunión y Liberación, fundada por el italiano don
Luigi Giussani, a veces hablando en su reunión anual masiva en Rimini,
Italia. A juzgar por la longitud
de su pieza en un pensamiento
generativo , por la longitud
de su homilía
inaugural , y su reputación
antes, creo que, a partir de la gran enseñanza y la reforma de los legados del
Beato Juan Pablo II y Benedicto XVI, este será un pontificado dedicado casi
exclusivamente a la praxis , caminando por el paseo en las
circunstancias cotidianas de nuestras vidas…”
En fin… son los
largos y tortuosos caminos del señor. ¿o no?
Aclaración final: si algún periodista porteño mal acostumbrado hace uso de esta investigación sin citar fuente recibirá inmediatamente Carta Documento. Quedan notificados.